Una de las pedanías de Vejer de la Frontera más conocidas por su precioso espacio natural es Santa Lucía. Está ubicada en la ladera de la meseta de La Muela a unos 4 kilómetros del casco urbano de Vejer en un cruce de la Carretera Nacional 340 (Cádiz – Algeciras). Un entorno declarado monumento natural por la riqueza de su paisaje es un lugar ideal para el turismo rural así como para la práctica de deportes como el senderismo (ruta de Los Molinos de Agua) y ciclismo.
errorSanta Lucía — una de nuestras 100 razones para conocer Vejer de la Frontera — cuenta con una población aproximada de unos 200 habitantes y su economía está basada en la agricultura debido a que las tierras de este paraje natural son generosas en cuanto a vegetación (higueras, zarzas, lentiscos o cañas), árboles frutales y huertas de los más variadas en cuanto a verduras y hortalizas. Su frondosa y fértil vegetación se debe a una tierra y suelo rico en nutrientes con una extraordinaria capacidad de almacenar gran cantidad de agua procedente del arroyo durante todo el año.
Los molinos de agua
En la zona del acueducto se localizan cinco molinos de agua del siglo XV construidos para moler el trigo y producir harina que se vendía a otros lugares de la comarca de la Janda convirtiéndose en aquella época en una de las actividades económicas principales de la región.
Estos cinco molinos, Santa Lucía, Hoyo, Batán, Garrobo y Miraflores, pertenecían a los Duques de Medina Sidonia y eran usados por los trabajadores y productores de la zona siempre bajo renta de uso que iba para el patrimonio del ducado.
Como curiosidad relacionada con la historia de estos molinos de agua indicar que Vejer fue uno de los primeros pueblos con abastecimiento de luz y agua en viviendas privadas ya que a principios del siglo XX el Conde de Villariezo y posteriormente su hijo, el Conde de Bornos, heredan Santa Lucía y aprovechan la infraestructura existente por aquel entonces y sobre todo, sus cascadas de agua para crear una empresa eléctrica.
Dentro de los molinos se conservan aún objetos de la época entre los que podemos hallar piedras de molino y restos de los cubos donde se almacenaba la harina.
El acueducto de Santa Lucía
La seña de identidad de esta pedanía, además de su bella naturaleza, es sin lugar a dudas el acueducto romano (posteriormente los musulmanes reformaron algunos arcos) construido como sistema de conducción de aguas. La principal misión del acueducto era regular toda el agua que pasa por ellos para abastecer la zona de huertos del arroyo.
Sin duda, una de las riquezas del lugar es el agua que llega a Santa Lucía. Sus cascadas de agua nos invitan al descanso y a disfrutar de su entorno. El agua llega a la zona desde el manantial de La Muela de forma natural a través de los desniveles del terreno y mediante los acueductos que ayudaron a que los cinco molinos funcionaran de forma constante y a que, actualmente, se pueda disfrutar de su extensa vegetación y su verde paisaje los 365 días del año.
No te puedes ir de Santa Lucía sin disfrutar de un paseo por la Cañada Real, que atraviesa este entorno natural de norte a sur, entre su variada flora, entre árboles frutales como nísperos o naranjos, alcornoques o entre huertas, campos de trigo, girasoles… Algo realmente maravilloso y relajante, sobre todo, para aquellos turistas que vienen de sus ciudades buscando un poco de paz. En definitiva, uno de los muchos rincones con encanto que ver en Vejer de la Frontera.